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martes, 28 de mayo de 2013

Principios de la Administración de Henry Fayol


Henry Fayol fue uno de los principales contribuidores al enfoque clásico de la administración, nació en Constantinopla en el seno de familia Burguesa, vivió las consecuencias de la Revolución Industrial y más tarde la Primera Guerra Mundial. Se graduó en ingeneria de Minas a los 19 años en el año 1860 e ingresó a una empresa metalúrgica y carbonífera, donde desarrolló toda su carrera.
A los 25 años fue nombrado gerente de las minas y a los 47 ocupó la gerencia general de la Compagnie Commantry Fourchambault et Decazeville, que entonces se hallaba en situación difícil. Su administración fue exitosa. En 1918 entregó la empresa a su sucesor, en una situación de notable estabilidad. 
1. Unidad de mando: Cada empleado debe recibir órdenes de un solo superior. De esta forma se evitan cruces de indicaciones a modo de fuego cruzado.
2. Autoridad: a pesar de que el cargo otorga la autoridad formal, no siempre se tendrá obediencia si no existe la capacidad de liderazgo. Por ello es necesario tener la capacidad de dar órdenes y que ellas se cumplan. La autoridad conlleva la responsabilidad por las decisiones tomadas.
3.    Unidad de dirección: se debe generar un programa  para cada actividad. Todo objetivo de tener una secuencia de procesos y plan determinado para ser logrado. Además, de contar con un administrador para cada caso

4.    Centralización: toda actividad debe ser manejada por una sola persona. Aunque gerentes conservan la responsabilidad final, se necesita delegar a subalternos la capacidad de supervisión de cada actividad.
5.    Subordinación del interés particular al general: deben prevalecer los intereses de la empresa por sobre los individuales. Siempre se debe buscar el beneficio por sobre la mayoría.

6.    Disciplina: cada miembro de la organización debe respetar las reglas de la empresa, como también los acuerdos de la convivencia de ella. Un buen liderazgo es fundamental  para lograr acuerdos justos en disputas y la correcta aplicación de sanciones.

7.    División del trabajo: la correcta delimitación y división de funciones es primordial para el buen funcionamiento de la empresa. Se debe explicar claramente el trabajo que cada colaborador debe desempeñar. Además se debe aprovechar la especialización del personal para aumentar la eficiencia.

8.    Orden: cada empleado debe ocupar el cargo más adecuado para él. Todo material debe estar en el lugar adecuado en el momento que corresponda.

9.    Jerarquía: el organigrama y jerarquía de cargos debe estar claramente definidos y expuestos. Desde gerentes a jefes de sección, todos deben conocer a su superior directo y se debe respetar la autoridad de cada nivel.

10. Justa remuneración: todo empleado debe tener clara noción de su remuneración y debe ser asignada de acuerdo al trabajo realizado. Los beneficios de la empresa deben ser compartidos por todos los trabajadores.

11. Equidad: todo líder debe contar con la capacidad de aplicar decisiones justas en el momento adecuado. A su vez, debe tener un trato amistoso con sus subalternos.

12. Estabilidad: una alta tasa de rotación de personal no es conveniente para un funcionamiento eficiente de la empresa. Debe existir una razonable permanencia de una persona en su cargo, así los empleados sentirán seguridad en su puesto.

13. Iniciativa: se debe permitir la iniciativa para crear y llevar a cabo planes dando libertad a los subalternos para que determinen cómo realizar ciertos procedimientos. Junto con esto, se debe tener en cuenta que en ocasiones se cometerán errores.

14. Espíritu de cuerpo: el trabajo en equipo siempre es indispensable. Se debe promover el trabajo colaborativo, que también ayuda a generar un mejor ambiente laboral.

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